Las cooperativas tienen que apostar por la formación, la visibilidad y la inclusión real de las mujeres en todos los niveles

22 / 08 / 2025

Sandra Delgado Sánchez – Socia de Copasa

En nuestro empeño porque el trabajo vinculado al mundo cooperativo sea conocido por el resto de la sociedad, continuamos dando voz a las mujeres de las cooperativas de nuestra región y en esta ocasión tenemos el gusto de presentaros a Sandra Delgado Sánchez, socia de la cooperativa Copasa, ubicada en Salamanca.

¿Puedes hablarnos sobre tus antecedentes? Soy Sandra Delgado y soy de Almendra, un pequeño pueblo de la provincia de Salamanca, situado en la comarca de Vitigudino. Es una zona con una fuerte tradición agrícola y ganadera, donde el campo y la vida rural siguen marcando el día a día de quienes vivimos aquí. Almendra es un lugar tranquilo, con apenas unos cientos de habitantes, pero con una gran riqueza natural y cultural. A pesar de su tamaño, es un pueblo con mucho arraigo, donde se conservan oficios y formas de vida que en otros sitios ya se han perdido. Mi formación es como auxiliar de Veterinaria y actualmente me dedico a la ganadería, una actividad que no sólo es mi forma de vida, sino también una tradición familiar que llevamos adelante con mucho esfuerzo y compromiso. Nuestra explotación se centra principalmente en la cría de ganado bovino, ovino y caprino, con un enfoque en el bienestar animal, la sostenibilidad y la calidad del producto final. Contamos con 480 ovejas, 90 cabras y 93 vacas lo que nos permite mantener un manejo responsable y cercano a los animales. Trabajo codo con codo con mi padre, aunque cada uno lleva su explotación ganadera. Su experiencia y conocimiento han sido fundamentales para mí, y juntos hemos sabido combinar la tradición con nuevas formas de trabajo y tecnologías que van llegando al sector. Esta colaboración intergeneracional nos ha permitido no solo mantener viva la actividad, sino también ir adaptándola a los nuevos tiempos y retos del campo. Visión complementaria

¿Te has encontrado alguna traba por ser mujer? ¿Cómo fue tu llegada a la cooperativa y qué aportas a la misma? Ninguna, el que trabaja da igual que sea hombre o mujer. Me hice socia en 2020 por las diversas opciones que te da pertenecer a una cooperativa tan grande como Copasa. Aporto una visión complementaria, basada en la experiencia diaria en la ganadería, en el cuidado del entorno rural y en la gestión eficiente de la explotación. Las mujeres solemos tener una mirada práctica, muy centrada en el detalle y en el largo plazo, y eso es muy valioso para una cooperativa como Copasa. Cada vez somos más mujeres involucradas, tanto en el trabajo técnico como en la parte productiva. Como socias también estamos aumentando, aunque todavía somos minoría frente a los hombres. Es un cambio lento, pero ya se nota.

¿Sientes que tu carrera hubiese sido diferente si fueras hombre? ¿Qué consejo darías al joven que empiezan a construir una carrera similar a la tuya? No, para nada. He trabajado mucho para estar donde estoy, he recibido el apoyo de muchas personas, hombres y mujeres, dentro y fuera de la cooperativa. Le aconsejo que no tenga miedo a equivocarse, que sea constante y que busque formarse bien. Y, sobre todo, que sepa que en el campo hay futuro, pero hay que trabajar con pasión y rodearse de personas que te apoyen.

Formación específica

¿Puedes mencionar algunas de las medidas de igualdad de tu cooperativa y en qué se podría avanzar? En Copasa hay una voluntad clara de dar visibilidad a las mujeres, se promueve la formación específica para nosotras, y se están creando espacios donde podamos participar activamente, incluso en órganos de decisión. Hay que facilitar aún más la conciliación, promover cuotas en los consejos rectores y dar visibilidad a mujeres que ya están liderando, para que sirvan de referente a otras socias jóvenes o recién incorporadas.

¿Cómo ves el problema del relevo generacional y cuál es el problema para que pocas mujeres hayan dado el paso de hacerse más visibles? Es uno de los grandes retos del campo. Nos falta juventud en el sector, y especialmente mujeres. Hay que hacer atractivo el medio rural y mostrar que se puede vivir bien siendo ganadera o agricultora. Durante mucho tiempo, nuestro papel ha sido más silencioso, aunque igual de importante. Pero eso está cambiando.

¿Qué papel deben jugar las cooperativas para acortar la brecha en el ámbito de la igualdad y qué hacer para que la mujer esté más presente en los órganos de decisión? Las cooperativas deben de ser motor de cambio. Tienen que apostar por la formación, la visibilidad y la inclusión real de las mujeres en todos los niveles. Si no hay igualdad dentro, no la habrá fuera. Debemos formarnos, creérnoslo y presentarnos. Y que las cooperativas apoyen con medidas concretas y participación activa.

¿Qué consejo darías a otras socias para que se atrevan a dar un paso hacia la incorporación a los consejos rectores? Que no duden. Tenemos mucho que aportar. No hay que esperar a que nos inviten: hay que proponer, presentarse, hablar. Tenemos la capacidad, la experiencia y la visión que las cooperativas necesitan para crecer con equidad. En este sentido, creo que nuestro caso es un claro ejemplo de relevo generacional en el medio rural, algo fundamental para garantizar el futuro de la ganadería y del mundo rural en general. Apostar por la incorporación de jóvenes al campo es imprescindible si queremos que este sector siga vivo, y para mí ha sido muy importante poder dar ese paso con el apoyo de mi familia.

 

“Actuación financiada a través del Programa de Asistencia Técnica 2025 enmarcado dentro de las actuaciones del Convenio MAPA-Cooperativas Agro-alimentarias de España”.